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Un elemento siempre presente, muy discutido y hasta repetitivo es el tema del estrés. Solemos verlo desde la perspectiva personal, pues nos afecta a cada uno de nosotros de una forma u otra; pero el estrés, definido como un estado de cansancio mental provocado por la exigencia de un rendimiento muy superior al normal que suele provocar diversos trastornos físicos y mentales, también tiene una fuerte incidencia en nuestro rendimiento y relaciones de trabajo.

Los principales factores vinculados al estrés en el trabajo se dividen en dos partes, como lo reseña Arciniega (2012) en la siguiente tabla:

Si bien el trabajo es uno de los principales causantes del estrés, no se pueden obviar los factores familiares y sociales. Ello aúna en mayor carga de estrés para el individuo. Desde la perspectiva laboral existe una relación directa entre este estrés y el rendimiento organizacional. Es lo que Robbins (2004) maneja como “Consecuencias” dentro del rango de síntomas de comportamiento, teniendo como repercusiones, una baja productividad, ausentismo y rotación. Estas características denotan desde dos perspectivas: la subjetividad (el estrés que tengo, lo que me afecta y a mi entorno) y la empresarial (cómo afecta el rendimiento dentro del trabajo), ambas están intrínsecamente relacionadas.

En los textos de comportamiento organizacional (Robbins, 2004 y Linares, 2010) se señalan varias estrategias para manejar el estrés en el trabajo que pueden ser organizadas en cinco categorías: a) Remover al estresor, b) Retirarse ante el estresor, c) Cambiar la percepción frente al estresor, d) Controlar las consecuencias del estrés, e) Buscar/recibir apoyo social.

Pero no todo es malo. Los últimos estudios han encontrado que la ausencia de estrés tampoco es positiva para el rendimiento y productividad. Se trata de equilibrar los niveles de estrés asociados con la motivación.

Un factor de suma importancia es el que tiene que ver con el estilo de liderazgo organizacional. Representa el estilo gerencial o de directivos de la organización. Algunos de
ellos crean una cultura caracterizada por la tensión, el temor y la ansiedad. Desde la teoría organizacional se distinguen líderes desde transformacionales hasta autocráticos, los mismos responden a una determinada cultura organizacional. Se identifican comportamientos de liderazgo que van desde amplia delegación hasta amplia concentración de poder, o bien desde el clásico “dejar hacer, dejar pasar…” hasta autoritarismos con acciones directas de afectación de determinados trabajadores, con situaciones específicas que responden a actos negativos en el lugar de trabajo. Si se maneja el tema del liderazgo con equilibrio y sabiduría, de manera consciente, el nivel de estrés podría llevarse al nivel óptimo deseado.

Referencias
Arciniega Arce, R. S. (2012). Factores organizacionales causantes del estrés en el trabajo y estrategias para afrontarlo. Revista Venezolana de Gerencia. Recuperado de https://www.redalyc.org/pdf/290/29024892005.pdf
Linares, L. (2010). Cómo evitar la tensión en el ambiente laboral. Trabajo y estrés. México: Editores Mexicanos Unidos. Robbins, S. (2004). Comportamiento Organizacional. México: Pearson Prentice Hall.