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Con mucho agrado veo que este tema ha seguido llegando a más conocimiento de las organizaciones. Anteriormente, nos pasaba que hablar de energía en nuestras charlas era un tópico fuera de contexto.  Todas las personas llevamos nuestra energía a todos lados, y aunque muchas veces no somos conscientes de ello, la vamos trasmitiendo y también percibimos la energía de los demás. 

El liderazgo consciente no solo se trata de visión y estrategia, sino también de energía. Un líder puede tener las mejores ideas y habilidades, pero sin la energía adecuada para sostener su desempeño, su impacto se verá limitado. La pregunta clave es: ¿de dónde proviene esa energía y cómo se puede administrar de manera efectiva?

En su libro The Energy Project, Tony Schwartz, explora la idea de que la energía es el recurso más valioso para el desempeño humano. No se trata solo de tiempo o talento, sino de cómo gestionamos nuestra energía en cuatro dimensiones clave: física, emocional, mental y espiritual.

Schwartz propone un modelo que ayuda a los líderes a identificar en qué estado energético se encuentran y cómo esto impacta su rendimiento. Estos cuadrantes nos permiten entender si estamos operando desde un lugar de alto rendimiento o si, por el contrario, nos estamos acercando al agotamiento.

1. Alto Rendimiento (Alto nivel de energía + Estado positivo)

– Aquí es donde un líder es más efectivo. Se siente motivado, enfocado y con la energía suficiente para tomar decisiones estratégicas y guiar a su equipo con claridad.

– Se logra cuando se equilibran el descanso, la nutrición, el ejercicio y el manejo del estrés, con la claridad en el propósito y la conexión con los valores personales.

2. Zona de Supervivencia (Alto nivel de energía + Estado negativo)

– Un líder en este estado puede parecer productivo, pero su energía proviene del estrés y la presión.

– Se mueve rápido, toma decisiones, pero desde la reactividad, lo que puede llevar a una cultura de alta exigencia sin bienestar.

– Si se mantiene demasiado tiempo en este estado, el riesgo de burnout es alto.

3. Zona de Recuperación (Bajo nivel de energía + Estado positivo)

– Aquí el líder está en un estado de descanso y recarga. Es un espacio necesario para mantener la sostenibilidad del rendimiento.

– Implica pausas estratégicas, desconexión digital, espacios de reflexión y actividades que regeneren la energía (deporte, meditación, tiempo con familia, entre otras).

4. Zona de Burnout (Bajo nivel de energía + Estado negativo)

– Es el punto más peligroso para cualquier líder. Aquí la energía está en su nivel más bajo y el estado emocional es negativo.

– Se caracteriza por agotamiento extremo, desconexión del propósito, baja motivación y sensación de desgaste.

– Si no se toman medidas, puede derivar en problemas de salud, deterioro en la toma de decisiones y una incapacidad para sostener el liderazgo.

¿Cómo un líder consciente administra su energía?

El marco de nuestro trabajo en Lidera es brindar las herramientas a los líderes para que puedan a partir de la autogestión, estar equipados para gestionar a otros. Por ello, el principio de nuestra metodología SER Learning© es el Poder Personal, donde radica que tanto el líder conoce sobre sí mismo para poder capitalizarlo y mejorar aquellas áreas que requiera. 

Cuando se trata de manejar algo tan importante como la energía del líder, porque de ello dependen sus resultados y su bienestar alineado a ello,  recomiendo lo siguiente:

1. Autoconocimiento. Un líder debe identificar en qué cuadrante se encuentra con regularidad y hacer ajustes según sea necesario.

2. Gestión de la energía física. Mantener hábitos saludables como el sueño adecuado, la alimentación equilibrada y la actividad física.

3. Regulación emocional. Practicar la inteligencia emocional para manejar el estrés y fortalecer la resiliencia.

4. Enfoque mental. Establecer prioridades claras, delegar y evitar la multitarea excesiva.

5. Propósito y energía espiritual. Conectar con valores y objetivos significativos que den sentido al esfuerzo diario.

La clave no está en cuánto tiempo trabajamos, sino en cómo administramos nuestra energía para liderar con claridad, impacto y sostenibilidad. Un líder consciente aprende a moverse entre estos cuadrantes de manera estratégica, asegurándose de que su energía sea una fuente de poder y no un camino directo al agotamiento.

¿Cuál de estos cuadrantes sientes que ha sido más frecuente en tu liderazgo últimamente?

¿Qué ajustes podrías hacer para optimizar tu energía?

 

¡Gracias por leerme!

Jessie Ceballos

CEO Lidera conCiencia Plena Consulting

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