Liderazgo 360°
4 dimensiones para ejercer tu liderazgo
Desarrollar tu capacidad para alterar tu realidad (tu ser) y la de otros (energía personal) es la herramienta que tenemos como humanos para forjar nuestro destino
– Lidera Conciencia Plena
Poder Personal
1era. Dimensión
Los seres humanos poseemos una capacidad innata de resolver problemas, de actuar de manera lógica ante diversas situaciones, pero a veces sentimos que no estamos en sintonía o no tenemos el control de nuestra energía, el empuje o la firmeza para manejar las situaciones del día a día.
El término energía proviene del griego ἐνέργεια (enérgeia), es considerado como la actividad, operación, fuerza de acción o trabajo. Tiene diversas definiciones relacionadas con la posibilidad de surgir o poner en movimiento. Es la capacidad de modificar, transformar o mejorar algo para el bien personal o colectivo, pero para el manejo de esa energía es necesario saber ¿Dónde estoy? ¿Qué estoy haciendo? ¿Cómo lo estoy haciendo?
Cuando comienza el proceso de reconocimiento, el ser humano es capaz de darse cuenta de que tiene debilidades y fortalezas; determina cómo actuar ante el día a día, sabe aprovechar sus habilidades y es capaz de influenciar a otros. Dicho reconocimiento es lo que muchos autores denominan Poder Personal, la cual es entendido como la fuerza o capacidad de ejecución más auténtica que posee el ser humano para desarrollar sus capacidades y así cambiar la realidad interviniendo sobre lo que se es. El poder personal maneja la capacidad de mantenerse sereno ante una situación de estrés y con pensamiento de “yo puedo manejarlo”, apoyado en el carácter, la resiliencia, la inteligencia y la paciencia. Estos elementos que definen la personalidad se pueden desarrollar conscientemente. No requiere de la lucha con el entorno para lograr una meta estipulada, pues se basa en crear su propio espacio y lugar, ejerciendo influencia en el entorno de forma armónica y no forzada.
El manejo del poder personal es resultado de la transformación consciente de la energía que nos define como individuos y que es la base de la construcción de un líder. El liderazgo es desarrollo personal constante, es un proceso infinito de evolución. Se trata de liderar lo que habita tu alma, todo tu mundo externo, lo que muestras a los demás, es simplemente un reflejo de lo que está dentro. En términos generales, lo que está ocurriendo hoy en su vida de liderazgo y en el ámbito de sus relaciones, es simplemente un reflejo de lo que habita en su mundo interior.
El Líder conCiencia Plena tiene gran dominio de lo que abarca la energía, la inteligencia emocional y el impacto de su factor de influencia único y exclusivo como lo es su Poder Personal, en el resultado que obtiene de sí mismo y de los demás.
Este poder está relacionado con la voluntad de creación y de ejecución. Es una fuerza interior que impulsa los cambios tanto adentro como afuera y que impacta al entorno de una forma magnética.
Tomar conciencia de nosotros y de los demás, permite planificar, interactuar y evaluar las proyecciones del líder
– Lidera Conciencia Plena
Consciencia
2da. Dimensión
El ser humano posee cualidades referidas a la introspección, tiene la capacidad única de reflexión y ésta cualidad es influenciada por el grado de consciencia.
Un hombre sabio es un hombre consciente de sí mismo y de su entorno. Por algo Galileo afirmaba que La mayor sabiduría que existe es conocerse a uno mismo. Se identifica un ser sabio con un aspecto positivo, la sabiduría es intrínseca al bien. Si la sabiduría no tiene como fin último, como meta valorativa, hacer el bien, no es sabiduría, y ello gracias a esta relación estrecha que se menciona con la consciencia.
Existe un tema que por concatenación desemboca en otro: ser sabios y conscientes nos convierte en seres poderosos.
Ser sabios y conscientes nos otorga un poder inconmensurable. Desgraciadamente no todos están al tanto de este gran poder, no todos han cultivado estas dos grandes virtudes o no las han desarrollado a plenitud. Es el poder de cambiar el curso, el rumbo de vida de nosotros y de los demás. Las grandes y recordadas personalidades que han cambiado al mundo, figuras políticas y líderes sociales, no eran poderosos por el cargo que ostentaban, sino por el impacto que tenían sus sabias y conscientes decisiones en el sitio y las personas que gobernaban y lideraban. Solo quien tiene sabiduría y consciencia plena de sus actos y su entorno puede llegar a ser un líder. Tenemos el poder de tomar las riendas de nuestras vidas y cambiarlas a tal punto que no exista un retorno.
Hay una palabra clave en todo esto, y es la palabra cultivar. Tanto la sabiduría como la consciencia no se obtienen de la noche a la mañana. Requieren de un proceso de autodescubrimiento, conexión intrínseca, intimidad con él yo, desarrollo personal, de espacios de privacidad individual. Solo descubriéndonos, revelaremos el potencial que hay en nosotros. Es una excavación a lo más profundo de nuestro ser, para despertar eso que está allí, dormido, que espera pacientemente que lo encontremos y lo ayudemos a crecer. Es el primer paso, dentro de esta cosecha personal que empezamos a cultivar, para convertirnos en seres sabios y conscientes.
El control es tuyo…
– Lidera Conciencia Plena
Imagen y
Comunicación
3ra. Dimensión
Cada persona desde su espacio físico representa alguna figura, un cargo, una función y cuando emite un mensaje el mismo va acompañado de información sobre su forma de ser, valores que vive y esquemas de pensamiento. Pero además, la imagen está representada por su aspecto físico, vestuario, lenguaje, gestos, expresiones, movimientos y actitudes, todo ello configura su imagen integral. La efectividad del mensaje está relacionada con la imagen de quien lo transmite.
El estilo se adapta según el ambiente al que uno acude, porque las reglas sociales dadas en el contexto laboral no son iguales a las esperadas en el seno familiar, entre amigos, o cuando se participa de un evento cultural.
Si no hacemos uso asertivo de nuestra imagen la percepción de nosotros no será la que deseamos y solo logrará el rechazo o la idea incorrecta de lo que somos y lo que queremos transmitir.
La construcción de una expresión externa capaz de reflejar los valores y pensamientos que se pretenden transmitir es el resultado de un trabajo consciente.
La necesidad actual de comunicar de manera eficiente conlleva a realizarnos algunas preguntas ¿Quién soy? ¿Cómo estoy manejando mi poder personal? ¿Cómo me ven los otros? ¿Envío el mensaje que deseo? ¿Soy capaz de influenciar a otros? ¿Lo que estoy haciendo está logrando el nivel de alcance que deseo? Es nuestra responsabilidad crear y cuidar nuestra imagen, por ello, es necesario instruirse y aprehender las herramientas necesarias para convertirnos en líderes de nuestros espacios.
Comunicar de manera efectiva es un arte que te permitirá cumplir todas las metas y concretar esos planes que tanto anhelas. Es una herramienta que manejada con propósito permite influenciar a otros, transformar realidades y crear escenarios de éxito y liderazgo.
Un líder es una persona capaz de comunicar eficientemente su mensaje, manejar las herramientas necesarias para abordar a otros y lograr impactar sobre ellos. Un líder conCiencia plena reconoce la importancia de su mensaje y de su alineación con su imagen externa para lograr el impacto deseado a través de lo que comunica. No se trata de crear una imagen falsa sino de conectarte con tu Autenticidad.
El liderazgo es influencia, nada más y nada menos.
– John C. Maxwell (1947)
Influencia
y Negociación
4ta. Dimensión
El verbo influir viene del latín influere, que significa deslizarse hacia el interior y, en sentido figurado, “penetrar” en el interior de una situación o de alguien para ejercer un cambio o insinuación. La influencia es un factor importante vista desde dos sentidos: la influencia de terceros sobre nosotros y la influencia que ejercemos sobre otros. En ambos casos suele pasar de manera inconsciente, pero no es así siempre. Existen personas capaces de entender el grado de influencia que tienen en los demás, suelen ser las personas que llamamos “inspiradoras”, ese tipo de personas que se adentran en nuestro inconsciente, de manera intencional o no, y cambian nuestra manera de ver y actuar frente a una situación. La cuestión radica en si estamos conscientes de la influencia que tenemos sobre los demás, y si esa influencia es positiva o no.
¿Recuerdan a ese maestro o profesor que admirabas y te hizo una mejor persona y estudiante? Henry Brooks Adams afirmaba que “Un profesor trabaja para la eternidad: nunca puede decir dónde acaba su influencia”. Los buenos maestros son un buen ejemplo de liderazgo con influencia, ya que suelen ser estos líderes por naturaleza, y lo más importante es que son admirados por la mayoría de las personas que lideran. ¿Cómo logran estos profesionales llegar a ser una influencia para otros? Sencillo: ellos quieren que sus discípulos crezcan y entienden que su trabajo no tiene sentido, no funciona si no llevan una relación amena, cordial y de trabajo en equipo con los demás. Nada fluye si se le coloca un obstáculo, a veces el obstáculo somos nosotros.
Un factor determinante en la figura de liderazgo, capacitado y centrado en lo que se hace, es la resolución de conflictos. Es normal que existan conflictos dentro de una empresa o institución, incluso, preocúpese si no los hay. Lo que marca la diferencia entre un líder exitoso, una empresa exitosa, es cómo administra sus cuotas de poder a la hora de resolver conflictos. Si atropellamos a los demás con nuestra cuota de poder pasará lo mismo que sucede en una calle con transeúntes y automóviles: alguien saldrá herido, habrá molestia, multas, reconcomio, malestar y posiblemente el agredido abandone la calle y tratará de buscar una ruta alternativa la próxima vez. Por suerte existe algo que todo buen líder sabe usar a la hora de resolver un conflicto, conciliadora, de gran importancia, una herramienta imprescindible con posibilidades infinitas no es otra que la negociación.
Cuando se habla de negociación lo primero que solemos pensar es en el capital, la transacción comercial con un fin monetario. El término negociación, etimológicamente hablando, tiene otra raíz. Negociación viene del término latino negotiatĭo, negotiatiōnis, que quiere decir oficio, pasatiempo. Los romanos hacían “negocios” luego de salir de sus trabajos, donde entablaban una conversación para llegar a un acuerdo de partes, ya bien sea para comerciar o resolver un problema. En tal sentido, la negociación supone un proceso de diálogo entre dos o más personas o partes entre las cuales existe un conflicto, por lo general motivado a que las partes involucradas tienen intereses en común y otros no tantos. Las conversaciones que se llevan a cabo con la finalidad de lograr un arreglo satisfactorio para ambas partes, independientemente de que el acuerdo se alcance o no, se denomina negociación. El objetivo de una negociación es lograr un acuerdo que resulte satisfactorio para ambas partes. En este sentido, la negociación es el camino más aconsejable para la resolución de conflictos, pues supone la alternativa más civilizada al uso de la fuerza. Negociar implica, en primera instancia dos cosas: escuchar y ser escuchado. Un Líder conCiencia Plena conoce la importancia de ambos elementos y su consciencia de ello marca el rumbo de la gestión.